Y sí, señoras y señores. Ha llegado este día en el que he vuelto a necesitar de este medio para hacer catarsis de mi vida real. He llegado a un punto en el que el estrés de la rutina diaria ha comenzado a pasarme factura y dije: ¡Basta! Necesito volver a ser quien era, entender que no necesito de nada ni nadie para progresar en la vida. Me he sentido frustrada por mi trabajo: ¿y qué? He fallado en el inicio de una relación: ¿y qué? La vida no va acorde a lo planeado: ¿y qué? Tengo que comprender que esto es parte de la vida, y que la muy perra no es sencilla, pero eso no significa que me va a quitar la ganas de vivir. Jamás. Soy consciente de que los problemas que enfrento en este momento pueden ser juego de niños para otras personas, aunque no le quita importancia para mí. La escala puede que no sea la misma, pero todo el mundo llega a un punto en el que uno dice: "Hasta aquí llego" Ojo, que esto no se interprete como una decisión suicida. Nada más lejos que eso. Es momento de reinventarse, de amoldar las planes, y entender que la vida jamás dejará de sorprenderte, hagas lo que hagas, planees lo que planees. La vida odia ser tan predecible como una bella película de amor. No, esto es real, esto somos y esto es lo que hay que afrontar. 

Se pospusieron planes importantes, pero el secreto está en ser perseverante y saber cuando insistir y cuando dejar de hacerlo. Escuchar el corazón y dejar que el cerebro haga su filtro de razonamiento. No siempre el corazón sabe lo que nos conviene, es muy temerario y puede llegar hasta límites insospechados y egoístas. El cerebro actúa para darle ese golpe de lógica que necesita uno para reconocer el peligro. Hay que poner a trabajar a ese valioso equipo que nos sacarán adelante. 


No retroceder, mirar hacia el frente, se puede echar alguna que otra mirada al pasado y responder con una sonrisa, pues los recuerdos son parte de lo que somos, los que nos hicieron llegar a lo que somos hoy. Son los guardianes de las experiencias vividas, los que nos enseñan a vivir y evitar cometer los mismos errores. Es una tontería dejar el pasado atrás para no volver, uno necesita rebobinar y reconocer en lo que ha fallado antes. Pero tampoco se debe vivir del pasado, ya que estancarse no es opción, ese sería un error mucho más grave. Permitido repetir solo lo que te hace feliz. Como ese deporte que siempre nos distrajo, o como a mí la escritura que siempre me permitió liberarme.

No hundirse en un poso de depresión está en nosotros. No solo se lo debemos a nuestros seres queridos, si no que a nosotros mismos. Llegamos a esta vida para vivirla, disfrutarla con sus alegrías y penas. No hay felicidad sin una cuota de tristeza, así como no hay mal que por bien no venga. 

Debemos abrirnos, expandir nuestra mente y ver, realmente ver, el hermoso mundo que nos rodea. Fijarse en las cosas más pequeñas para comprender la inmensidad de la vida. Algo tan mínimo como una colonia de hormigas, o más pequeño aún. Nosotros también somo un pequeño ecosistema dentro del universo. La vida está en todas partes. 

Debemos se nuestros propios superheroes, no hay Superman, ni Chapulín Colorado que venga a ayudarnos. Nosotros debemos encarar la vida con coraje y valor, para que el día que la muerte venga a buscarnos podamos recibirla con una sonrisa porque no le tememos, ya que hemos vivido.


Gracias por leer.
Imágenes recopiladas de la web.

1 comentarios:

Naeko dijo...

¡Hola! Necesitaba leer algo así, sobre todo la parte del pasado y los recuerdos. Siempre hay que mirar hacia delante. No vivimos una vida, sino muchas vidas en una. Hay que reinventarse, renovarse o morir, y siempre hay que elegir la vida.

Un saludo;) Te leo^^

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